En un mundo caído nada parece ser tan sorprendente como la capacidad casi insondable del ser humano para errar una y otra vez en la tarea de cumplir su propósito y morir en paz.
Hace más de una década muchos escritores comenzaron a alertar e instruir sobre el significado de la palabra postmodernismo y lo que este representaría para la humanidad.
Complejo termino, extraña palabra. Mucha gente prefirió no prestarle atención.
Era tan sencillo como entender que en el postmodernismo no hay Dios, no hay leyes, no hay bueno ni malo y cada quien hace lo que le viene en gana. Tan sencillo era entenderlo como luego comprender que terminaría mal.
Bueno, el postmodernismo llegó, se metió en la escuela, en la política, en wall street, en la moda, en el cine, los dibujos animados, los videojuegos, en las ciudades, las iglesias y los barrios. Ahora estamos hasta el cuello.
Orar en las escuelas ya no es bien visto pero distribuir condones si lo es, hablar de Dios es ofensivo, pero ser homosexual es un derecho, pelear por la libertad levanta sospechas, pero picar un bebe a pedazos antes de que nazca es libertad.
En un mundo postmoderno El Che Guevara, Jack el destripador o cualquier otro asesino en serie es un héroe, pero un moralista es un imbécil. En un mundo postmoderno un cura es pederasta y un pastor evangélico termina mas preocupado por la marca de su vehiculo que por la congregación
En un mundo postmoderno los niños juegan a ser asesinos y sus padres se sienten orgullosos de poder comprarle el nuevo playstation. Un violador se convierte en presidente y un evangélico sigue a un comunista. Alguien sugiere legalizar la droga y un científico comprueba que la homosexualidad es parte de la evolución
En un mundo postmoderno no hay reglas, y los valores no tienen importancia, la enfermedad común es el stress y la mejor compañía es la soledad.
En un mundo postmoderno fracasan los políticos, las autoridades, los genios de las finanzas, los padres, los hijos, los maestros y la sociedad en general porque Dios ha sido ignorado.
En mi perfil de facebook coloque deliberadamente en el espacio reservado para punto de vista político: “la luz al final del túnel es un tren” y lo mantengo, porque por el camino que va la humanidad (no un país en particular, la humanidad) no habrá ninguna sorpresa si siguen llegando imbéciles al poder.
En estos tiempos la fe verdadera es mas necesaria que nunca, la fe pura, no la religión del domingo, no la ostia, no la iglesia de mi abuela, no un ritual, no un club. La fe que te permite respirar aire puro en medio del smog, la fe que te lleva a adorar a un Dios que no cabe en la cabeza humana, esa fe que convirtió a los primeros discípulos en mártires y que te convierte en sal y en luz cuando la vives, esa manera de vivir que solo puede inspirar la persona de Jesucristo y que afortunadamente esta al alcance de los que deciden seguirle. Seguirle.
Las crisis revelan lo que somos, y lo que todos somos es seres que necesitan desesperadamente a Dios. En el momento de la crisis te deseo quedes expuesto como un seguidor incondicional, como un santo pecador arrepentido y agradecido sin sentir vergüenza alguna.
martes, 30 de septiembre de 2008
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