Hay huestes de espíritus que miran lo que pasa a diario, es un poco confuso, todos les temen y los desconocen, algunos humanos escuchan a los peores de ellos. Hay una hueste de espíritus que nos mira y se emociona, las emociones son emociones independientemente de su color, se emocionan y aunque quisieran exteriorizar lo que sienten no siempre se les permite intervenir en el mundo físico.
Están por todas partes o más bien desde otra parte, algunos son activistas del desastre susurran al oído de los mas incautos para invitarlos a actuar, los empujan para llevarlos a la cima, a veces les abren el paso, otras se llevan todo a su paso, se montan sobre ellos y desde la cima ejercen influencia, en lo alto de la cima y justo sobre los hombros de los incautos clavan sus garras hasta causar dolor, al principio parece stress pero luego son garras que amenazan destruir sus brazos, los incautos quedan inmóviles, se sienten mal pero están en la cima, transan negocian siguen escuchando, sin brazos y debiéndolo todo, optan por obedecer.
En “la cima” muchos incautos acaparan las miradas, los de abajo miran, a simple vista nadie lo nota, entre ellos no lo notan, pero sobre los hombros de cada uno, dos monstruosas garras les han desprendido los brazos, estos habitantes del mundo espiritual están sobre sus cabezas, tapando sus oídos y con la cola haciéndoles imposible hablar. Cuando se cansan los levantan del piso con sus garras y les dejan caer entre la multitud, los incautos después de haberlo perdido todo siguen mirando a la cima, anhelándola y tratando de llegar a como dé lugar de nuevo
Hay huestes de espíritus que miran lo que pasa a diario… entre la multitud y los incautos, algunos caminan en sentido contrario, no miran la cima terrestre y van en la dirección contraria, los espíritus inmundos tratan de detenerles pero una fuerza más grande los echa a un lado, muchos de los incautos ya están caminando a la cima y se burlan con desprecio de estos aparentemente débiles humanos
No son populares y sus ojos están en dirección contraria a todas las miradas, se pierden la fiesta pero las huestes celestiales les aplauden, en su camino que no es fácil no llevan la contraria por ser rebeldes lo hacen porque están siguiendo a un carpintero que dio la vida por ellos, y si su ruta es contraria en realidad no es su ruta es el camino a la vida, es el camino de vida, es el camino y la vida
Y mientras los incautos y los santos hacen su vida algunos incautos abren sus ojos pero no para ver a los santos sino para mirar junto a ellos a la vieja cruz vacía, una y otra vez un incauto logra escuchar y mirar la cruz desatando la ira de las huestes espirituales de maldad, justo en ese instante la batalla arrecia, los santos sudan y se esfuerzan, dan la mano y abrazan, y corren a Jesús, invitan a mirar a la cruz, los demonios se desatan y destruyen de ira, las huestes celestiales se ponen de pie, un ruido fuerte se escucha es un estruendo de fiesta que retumba en el cielo. En el campo de batalla del mundo material los santos sonríen, nuevos santos se unen, todos siguen caminando en la dirección correcta, una luz muy fuerte esta a las espaldas de los incautos, los nuevos santos se abrazan a Jesús el les da nueva ropa, para ellos ha empezado la vida eterna, con nueva ropa y su cabeza lavada el carpintero les envía de nuevo a la batalla, serán felices y vivirán en paz, aun en medio del caos, aun en medio de enceguecidos y sordos incautos, tendrán compasión de ellos, recordaran que un día fueron así. Las huestes celestiales siguen mirando y los santos siguen sudando, caminando contra la corriente, iluminados por la luz mas no enceguecidos, su nueva ropa la refleja por eso son la luz de este valle que llamamos mundo. Los demonios molestan a los santos pero no pueden detenerles, le temen a Jesús, a su luz y a su voz y Jesús ama a los santos que limpio
Hay una hueste de espíritus mirando, algunos quieren destruirte otros celebraran cuando te abraces al carpintero de Nazaret.
Seguir a Jesús es así a tu alrededor habrá gente que sencillamente no querrá voltear, no querrá verlo y por lo tanto no entenderá lo que haces, habrá quienes te animen a mirar a Jesús, otros querrán que los mires a ellos.
Hay solo dos tipos de personas los que miran a Jesús con todo lo que implica, corren a sus brazos y confían en El y los que prefieren algo “humanamente” más confiable, te invito a abrir tus ojos y oídos y correr al único lugar confiable Jesús esta allí con tanta fuerza y animo como ese domingo que resucito
(Escrito para compartir con mis amigos que escuchan El Show de la Música #1 en la edicion de Octubre 23 y 24, 2010)
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