Grandes Hazañas

El libro Guinnes de los records reseña cada año cientos de nuevas marcas desde el libro mas pequeño hasta la persona mas alta, el plato de comida de mayor tamaño, la dieta mas extraña, etc. Es una muestra de la creatividad, la persistencia o las capacidades del ser humano, sin embargo cuando uno mira los records alcanzados en muchas ocasiones cabe la pregunta ¿Para que?

Por ejemplo recientemente un mago de 40 años estableció un nuevo record al pasar 64 horas y 32 minutos dentro de un cubo de hielo de dos metros cuadrados, superando a sus antecesores que incluyen al norteamericano David Blaine quien hace 10 años logro la hazaña durante 63 horas.

Durante todo ese tiempo palychevsky o el Sr. Fix como también se le conoce estuvo sin comer ni beber, soportando temperaturas extremas. Su esposa (horrorizada) dice que la última noche fue la peor, de hecho a medida que pasaban las horas ellos sentían que serian las ultimas para el mago, sin embargo el hombre soporto hasta la madrugada, no obstante a las 5:00 am la situación era de pánico.

Finalmente hizo señas y fue rescatado, los médicos dicen que estaba a punto de literalmente morir de frio. Actualmente esta en el hospital sufriendo de los daños ocasionados por congelación grave.

Palychevsky se estuvo entrenando durante seis meses en baños de hielo, además es de suponer que se alimento bien antes de entrar al cubo y realizo exámenes médicos, en otras palabras invirtió tiempo dinero y esfuerzo. Su nombre esta en la historia, su nuevo tesoro es un record Guinnes, pero ¿valió la pena?...

El ser humano se esfuerza por alcanzar sus propias coronas, obtener la fama y ser visible, la fama y el reconocimiento se vuelven sus tesoros, en el trayecto muchas veces hace de esto su principal meta de vida, pero después de un tiempo en realidad se da cuenta que cambio su vida por ello, con razón Jesús enseñó “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar” (Mateo 6:19-20)

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